septiembre 20, 2010

Regresé


Regresé después de algún tiempo a tus brazos amada mía, fui hoy a buscarme entre tu aliento amotinado y los torrentes calurosos que te recorren todo el tiempo.
Llegué ajeno a ti, otra vez como un extraño. Sorprendido me extravié mirándote a detalle y reconociendo tu rostro cambiante e inescrutable.
No estaba enterado de lo mucho que extrañaba tu perfume y tus colores llenos de la vida diaria.
Caminé por entre tus venas siguiendo el ritmo: corazón acelerado y marea que viene y va. Tus gritos eufóricos enunciados en mil bocas me fueron guiando desde la expectación hasta el placer profundo.
No estaba enterado tampoco de lo mucho que me esperaste, igual a lo tanto que extrañé tu cuerpo recibiéndome en su interior. Simplemente no sabía lo que existe entre nosotros, eso que supera toda dicha conocida o razón enunciada.
Me sentí perdido y ahora estoy cierto de que nunca más me encontraré si no es gracias a ti y contigo. Te huelo, te toco, te siento. Amo todo lo tuyo e incluso me entusiasma tu parte oscura y peligrosa.
Regresé a ti, Mercado de la Merced, compré mi vida en unas bolsas y encontré un destino desfilando entre los otros que se buscan dentro de ti.

1 comentario:

Little pet dijo...

Intenso!
si le escribes así a La Merced, quiero saber voyeristamente qué le dices a la Azucena, a la que decoró tu patio trasero, jeje.